Brasil tiene la suerte de contar con un extenso litoral lleno de playas paradisíacas, muchas de ellas aún conservadas y vírgenes de la excesiva urbanización. Si buscas tranquilidad, belleza natural y contacto genuino con el medio ambiente, visitar estas playas es imprescindible. En esta guía exploraremos algunas de las playas más conservadas de Brasil.
1. Playa de Espelho, Bahía
Belleza intacta
Situada en el sur de Bahía, Praia do Espelho es un verdadero paraíso tropical. Con sus aguas cristalinas, arenas blancas y acantilados cubiertos por la Mata Atlántica, esta playa es un refugio para quienes buscan tranquilidad y contacto con la naturaleza.
2. Playa Bonete, Ilhabela, São Paulo
Acceso al sendero
Praia do Bonete, en Ilhabela, es una de las playas más aisladas y conservadas de la costa de São Paulo. El acceso se realiza a través de un sendero de unos 12 km o en barco, lo que ayuda a mantener su atmósfera prístina. Con sus aguas transparentes y su exuberante vegetación, es un destino ideal para los amantes de la naturaleza.
3. Playa Lopes Mendes, Ilha Grande, Río de Janeiro
Paraíso salvaje
La playa de Lopes Mendes, en Ilha Grande, es famosa por sus arenas blancas y aguas cristalinas. Accesible por sendero o barco, esta playa es un verdadero paraíso para quienes buscan tranquilidad y naturaleza virgen.
4. Playa Farol, Arraial do Cabo, Río de Janeiro
Aguas Cristalinas
Praia do Farol, en Arraial do Cabo, es una de las más bellas y conservadas de Brasil. Con sus aguas transparentes y arenas blancas, esta playa es un verdadero paraíso para los amantes de la naturaleza.
5. Praia do Sancho, Fernando de Noronha, Pernambuco
Un tesoro escondido
Considerada una de las playas más bellas del mundo, Praia do Sancho, en Fernando de Noronha, es un verdadero paraíso tropical. A la que se accede por un sendero o escaleras excavadas en las rocas, esta playa ofrece aguas cristalinas y una exuberante vida marina.
Estas son sólo algunas de las muchas playas preservadas que Brasil tiene para ofrecer. Cada uno de ellos brinda una experiencia única e inolvidable, permitiendo a los visitantes conectarse con la naturaleza de una manera especial.
Solo otra persona normal a la que le apasiona conocer cada rincón de este planeta que vivimos, disfrutando y viviendo cada segundo, con toda la intensidad, para seguir viviendo espiritualmente.